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  • Según la tradición, fue mandada construir por San Isidoro en el siglo VII, en el lugar donde se apareció la Virgen.
  • Dirección: C/ Camino de Aguas Santas, CP: 41318
  • Coordenadas GPS: -5.874384421, 37.58735731

Se levantó sobre la fuente de la aparición, atravesando el agua el edificio por un conducto abovedado y saliendo al exterior por la parte del patio. Ha tenido diversas restauraciones en el transcurso de los siglos. La última tuvo lugar en los años 80 del pasado siglo, dándole la fisonomía actual. El patio conserva el aspecto que en el siglo XVII le dieron los franciscanos.

Según antiquísima tradición, esta ermita fue mandada construir por San Isidoro, Arzobispo de Sevilla, en el lugar exacto donde se apareció la imagen de la Santísima Virgen al pastor Juan Bueno, a principios del siglo VII. Aquí recibió culto hasta el año 711 en que entraron los árabes en España. Por miedo a las profanaciones ocultaron la imagen en un muro de la ermita, hasta que tras la Reconquista, en 1247, ésta vuelve a manifestarse volviendo a manar agua. La ermita es nuevamente consagrada al culto de la imagen, a cargo de un sacerdote capellán dependiente del prior de las ermitas, hasta que en 1595 imagen y ermita fueron cedidas a los franciscanos de la provincia de los Ángeles. Ellos construyeron sobre la loma un gran convento, a cuya iglesia trasladaron la imagen, que se convirtió en la más preciada reliquia de su provincia.

La Virgen se veneró en el convento hasta que fue exclaustrado y desarmotizado. Desde 1836 recibe culto en la parroquia de la Villa. En la ermita, desde el año 1907, se encuentra una réplica de la misma, realizada por el artista local Antonio Torres Sarmiento.

Cada año en mayo se celebra la tradicional Romería, en donde todo el pueblo, tras acompañar al Simpecado desde la Parroquia hasta la ermita, celebra la llamada Misa del Convento y a continuación se pasa a compartir con todos los visitantes las bebidas y comidas preparadas para la ocasión, en un ambiente festivo y de cordialidad, en las más de ciento cincuenta casetas adornadas con elementos vegetales que se levantan para un solo día. Esta fiesta ha sido declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía.

  • Destacan esculturas, lienzos y obras de orfebrería de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.
  • Dirección: Plaza de Andalucía, CP: 41318
  • Teléfono: 955 76 98 96
  • Coordenadas GPS: -5.873280208, 37.58808703

Destacar su única Iglesia Parroquial, denominada de la Purísima Concepción, con todo su rico patrimonio de imágenes y enseres de culto. Edificio reconstruido sobre la primitiva iglesia que fue del siglo XIV, el año de 1755, en que se vino abajo con motivo del llamado terremoto de Lisboa. Fue reconstruido íntegramente a expensas del arzobispo de Sevilla, después cardenal Don Francisco de Solís Folch de Cardona y teniendo a principios del siglo XIX una reforma tal y como existe en la actualidad, conservándose una interesante cúpula elíptica en el crucero y bóvedas de medio cañón con arcos fajones en su techumbre con muy artísticas cornisas en todas sus pilastras. De planta latina, tiene una sola nave y adheridas a la misma a uno y otro lado capillas de bóvedas. La torres es de un solo cuerpo con campanas, con preciosas cornisas y pilastras, terminando con un chapitel de azulejería. Tiene tres puertas de acceso a su interior, dos en sus laterales y la principal a sus pies, con pilastras de ladrillos y encima un óculo con vidriera.

El retablo mayor es obra anónima de finales del siglo XVIII principios del XIX, de estilo neoclásico igual que lo son los del crucero. Obras extraordinarias en su estilo. En el altar mayor recibe culto en su camarín central, presidiéndolo, la imagen titular del templo, la Purísima Concepción, escultura bellísima atribuida al imaginero italiano afincado en Sevilla, llamado Juan Bautista Pettroni, como así mismo el alto relieve de la puerta del tabernáculo sagrario en dicho retablo representando a Jesús Niño como “Buen Pastor” y los cuatro evangelistas, estos de esculturas redondas en sus esquinas superiores acompañando a un extraordinario crucifijo de tamaño mediano con Jesucristo expirando, atribuido también al mismo imaginero.

A ambos lados del camarín central se encuentran actualmente las imágenes de San José y de Santa Ana. San José es una escultura bellísima del siglo XVIII, atribuida a Pedro Roldán, y Santa Ana extraordinaria obra del siglo VII, de escuela montañesina, muy cercana a la primera época de Martínez Montañés. En el camarín superior la imagen de San Isidoro, obra de principios del siglo XIX y a ambos lados del mismo las imágenes de San Buenaventura y San Juan Neponuceno, interesantes obras de finales del siglo XVII que pertenecieron al convento de Ntra Sra de Aguas-Santas.
En el altar del crucero del lado del Evangelio se venera la imagen de ntra Sra del Rosario, imagen de candelero de estilo gotcista de finales del siglo XV. En el otro lado del crucero se venera el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, obra del siglo XVIII, titular de la Hermandad de igual título, siendo el mismo una obra anónima.

En este mismo lado y a continuación está actualmente la capilla y altar de San Sebastián, patrón de Villaverde. Imagen del siglo XVII, de escuela y estilo montañesino. Tras la puerta lateral nos encontramos con el altar de la Virgen del Carmen. La imagen es obra del siglo XVIII, atribuida también a Juan Bautista Petroni.

A continuación le sigue la capilla de los titulares de la Hermandad Sacramental del Santo Entierro y Ntra Sra de los Dolores en su Soledad. La imagen del Cristo Yacente es una escultura bellísima del siglo XX, obra del escultor D. Rafael Barbero. La Virgen de los Dolores es obra anónima del siglo XIX de la escuela de Juan de Astorga.

En el lado del Evangelio y a continuación del altar del crucero, se encuentra en capilla propia con altar de estilo barroco y en urna central de estilo rococó, venerándose la imagen de la Santísima Virgen de Aguas-Santas, patrona de la villa, titular de su hermandad, original y aparecida. Se encuentra en este templo desde el año 1836 en que fue trasladada desde su desaparecido convento. Posee una importante historia y devoción. Imagen moldeada en terracota, mide tan sólo 11 centímetros. Su estilo es bizantino, sedente en sitial, sosteniendo al Niño en su regazo sobre su rodilla izquierda. Según la tradición y estudios de sus formas se cree fuese restaurada en el siglo XIV, teniendo otra restauración en el siglo XVIII, a causa de un incendio fortuito ocurrido en la iglesia de su convento monasterio franciscano. La última restauración que se le ha efectuado se llevó a cabo en 1990 por D. Manuel Chiappi Gazquez, y en todas ellas se ha respetado sus primitivas formas y estilos.

La imagen de la Virgen de Aguas-Santas tiene fama de milagrosa y posee una grandísima devoción no sólo en Villaverde, sino en toda la comarca. Fue coronada canónicamente en el año 1979.

Junto a la capilla de la Virgen de Aguas-Santas está la otra puerta lateral, y le sigue el retablo de la Virgen de los Ángeles. Esta imagen de Ntra Sra de los Ángeles también perteneció al convento de Aguas-Santas y donde se veneró como inmaculada. Esta obra es atribuida a Luisa Roldán “La Roldana”, aunque otros la atribuyen al nieto de ésta llamado Duque Cornejo. En el mismo retablo y a ambos lados de la imagen de la virgen se encuentran las imágenes de San Antonio de Padua y San Diego de Alcalá atribuidas a los mismos imagineros y de la misma época y procedencia.
En el altar mayor y sobre sus pilastras laterales a ambos lados preciosos ángeles lampareros obras del siglo XVIII.
Repartidos en distintas pilastras y adosadas a las paredes del templo, existen hornacinas y ménsulas retablos con las imágenes de San Rafael, San Francisco y Cristo Resucitado, obras todas del siglo XVIII. En las pilastras laterales de la capilla de Ntra Sra de Aguas-Santas se encuentran en sus correspondientes ménsulas retablos las imágenes de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, obras anónimas del siglo XVII.

Además de todas las obras artísticas, es muy considerable tenerse en cuenta y ser visitado el tesoro artístico que posee la parroquia en cuanto a orfebrería y platería (cálices, copones, viril y custodia, vinajeras y demás objetos de cultos pertenecientes a distintas épocas y siglos.

En el lugar de confluencia del río Siete Arroyos con el cauce viejo del Guadalquivir (conocido como Cañada de la Molineta), existió un castillo medieval, del que actualmente se conservan dos muros, uno de ellos con un arco de herradura.

En este castillo, el año 1063, en tiempos del Rey don Fernando I, de Castilla y León, hicieron mansión los restos del Arzobispo San Isidoro, cuando fueron trasladados desde Sevilla a León, donde ahora se veneran.

También hay constancia cierta que, en él, estuvieron durante unos días los Reyes Católicos cuando venían de reconquistar Granada el año 1492, colígese de una ejecución que dieron el día 9 de enero de 1498 a favor de un vecino de esta villa, contra quien el Consejo de la misma seguía pleito para que no gozase exenciones ni franquicias; y presentando servicios de sus mayores, sentenciaron los Reyes a su favor, honrándole con estas palabras : “Non veledes en el Castillo de este lugar de Villaverde, ni claredes ropa ni leña para el dicho castillo”, es decir que le nombran Alcaide Mayor de la Villa sin tener que velar sus armas en dicho castillo como obligaban las leyes en aquellos tiempos.

Además nos dice la tradición que también fue visitado por los Reyes Felipe el Hermoso y Doña Juana la Loca, su mujer, con motivo de cierto viaje que efectuaron a Sevilla.

En tiempos de los árabes, este Castillo-Fortaleza fue rehabilitado y usado por los mismos para defensa de la Villa contra los castellanos.

Aunque el edificio fue totalmente remodelado en el siglo XX, conserva en su sótano las bóvedas de ladrillo del pósito de la Villa, cuyo fin era aislar el trigo de la humedad. El Pósito de Trigo y Monte de Piedad fue fundado en 1698.

Haciendo un recorrido por las calles y plazas del centro de la Villa puede admirarse su cuidado caserío, con magníficas fachadas en las que sobresale su variado y rico herraje. Destaca lo llano del terreno. El recorrido puede realizarse siguiendo el orden de los retablillos cerámicos de las catorce estaciones del via crucis, que se inicia en la plaza de Blas Infante para finalizar en la plaza de Andalucía.